En cualquier ambiente donde trabajamos o crecemos, es esencial entender que nuestro cerebro funciona como una esponja, absorbiendo continuamente todo a su alrededor.
Las situaciones que experimentamos, las palabras que escuchamos y las emociones que sentimos no son eventos aislados; son información que, una vez procesada, nos moldea y moldea.
Cuando el cerebro absorbe percepciones negativas, comienza a prepararse defensivamente. Incluso si no hay negatividad de nuestro equipo o colegas, interpretar experiencias a través de un lente de desconfianza o inseguridad nos debilita y limita nuestro potencial de crecimiento.
Por otro lado, cuando elegimos llenar nuestras mentes con información constructiva y positiva, cultivamos una mentalidad asertiva y productiva.
No se trata de negar las dificultades, sino de reconocer que no son las propias situaciones las que nos definen, sino más bien cómo las percibimos. Esto es a lo que el desarrollo personal se refiere como "filtros de percepción. ”
Trabajar en nuestros filtros de percepción nos permite asumir responsabilidad por nuestra mentalidad y tomar conciencia de cómo interpretamos lo que sucede. Al ajustar esas lentes con las que vemos el mundo, optimizamos nuestro rendimiento, logrando resultados más satisfactorios alineados con nuestros objetivos.
Recuerda, la información es formación. ¿Qué tipo de información estás eligiendo absorber en tu entorno de trabajo? ¿Cómo percibes lo que sucede a tu alrededor y cómo afecta eso a tus resultados?
Alexis Cabenovsky
Entrenador de estrategia
https://www.linkedin.com/in/alexis-cabenovsky-370666142/
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