La definición electoral del ex presidente obliga a oficialistas y opositores a recalcular sus planes
A las 10 de la mañana del domingo 26 de marzo, Mauricio Macri cambió el escenario electoral de 2023. Con su renuncia a la posibilidad de competir para ser nuevamente presidente de la Nación provocó un inevitable reacomadamiento, tanto hacia adentro de Juntos por el Cambio, la fuerza política que fundó y que aparece con chances de acceder nuevamente al poder, como en el gobierno que conduce el Frente de Todos hasta el 10 de diciembre, que apostaba al rechazo que la figura de Macri genera en su núcleo duro para retener votos por “espanto” antes que por “amor”.
El anuncio de Macri fue bien recibido, desde ya, por todos los precandidatos presidenciales del PRO, en especial de aquellos que habían supeditado sus candidaturas a la decisión del ex presidente, como María Eugenia Vidal, que de inmediato manifestó su “orgullo” por la decisión de Macri.
De todos modos, hay consenso en que Patricia Bullrich, presidenta del PRO y cara visible de los exponentes más intransigentes de Juntos por el Cambio, es la beneficiaria inmediata del efecto que produce el corrimiento del ex presidente. Los simpatizantes de Macri y Bullrich muestran perfiles parecidos y una competencia entre ambos resultaba inverosímil por el peso específico de uno y otra. Con la cancha despejada, Bullrich pudo hacerse cargo inmediatamente del liderazgo “halcón” que deja Macri vacío.
De hecho lo hizo minutos después del video de 6:04 minutos que publicó Macri en sus redes sociales. “Esto ratifica y fortalece mi candidatura”, salió rápidamente a decir.
Horacio Rodríguez Larreta también festeja. Aunque Bullrich se haya apurado por posicionarse como la principal heredera del macrismo, el jefe de gobierno porteño sigue apoyado en la idea del “sucesor natural” de los lugares de gestión por los que pasó Macri, en función de que históricamente apareció como su brazo ejecutor.
En la vereda de enfrente, un oficialismo igualmente dividido muestra a los sectores más antagónicos como perdedores de la jugada de Macri. En la Casa Rosada, el entorno del presidente Alberto Fernández celebró el corrimiento de Macri y pidió una reacción en espejo de su adversaria natural de todos estos años: Cristina Fernández de Kirchner. Sin uno de los animadores de la grieta, el otro pierde fuerza según este razonamiento.
De hecho, nadie del kirchnerismo más duro manifestó una reacción pasadas cinco horas de un anuncio que movió el tablero de la política argentina.
Independientemente de las razones, el anuncio de Macri no deja de ser un gesto de moderación. Aunque sus adversarios le achacan haberse replegado por no ser competitivo electoralmente y sus seguidores elogian su grandeza, tomó una decisión en un sentido cuando podría haberlo hecho en el opuesto.
El mensaje subyacente a esa decisión deja en off side a la dirigencia que apuesta a los antagonismos. Los macristas más duros, que suben el tono en la militancia virtual, probablemente buscarán refugio en la candidatura de Patricia Bullrich, pero aún así se quedan sin uno de los suyos en la boleta.
Javier Milei, en tanto, se dedicó a repostear en sus redes sociales mensajes críticos hacia Horacio Rodríguez Larreta, a quién le reprocha su inclinación hacia el diálogo. También replicó el video de Macri anunciando su renuncia. Dos reacciones que anticipan que Milei, al igual que Bullrich, intentará ocupar el liderazgo de un electorado que reclama menos indulgencia ante los adversarios.
Fuente Infobae
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