AFECTA A 4 DE CADA 10 PERSONAS
En ocasión de conmemorarse este martes la efeméride del factor de riesgo cardiovascular más frecuente, y que en Argentina afecta a 4 de cada 10 personas adultas.
El Ministerio de Salud del Chubut, a través de la Dirección Provincial de Promoción y Prevención de la Salud, recordó a la población distintas medidas de cuidado que se pueden implementar para prevenir la Hipertensión Arterial. Lo hizo en ocasión de conmemorarse este martes 17 de mayo el “Día Mundial de la Hipertensión Arterial”, una efeméride que tiene como lema “Conozca sus cifras de presión arterial”.
Características
La hipertensión arterial (HTA) es el factor de riesgo cardiovascular más frecuente y afecta en Argentina a 4 de cada 10 personas adultas. Además, se define por cifras de presión arterial igual o mayor a 140/90 mmHg.
Es una enfermedad crónica, que generalmente no da síntomas y, si no se diagnostica y no se trata, provoca frecuentemente complicaciones graves como el infarto de corazón, el accidente cerebrovascular o la necesidad de diálisis por daño renal.
A pesar de su elevada prevalencia, la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo demostró que en Argentina 3 de cada 10 hipertensos ignoran su condición y, entre aquellos que se reconocen como hipertensos, sólo 4 de cada 10 se encuentra adecuadamente controlado, lo que expone a gran parte de la población a un riesgo que se podría evitar.
¿Cuáles son sus causas?
La HTA es multifactorial porque está determinada e influenciada por muchos factores distintos: la herencia (padres o hermanos hipertensos); la edad (con el paso de los años la posibilidad de ser hipertenso aumenta mucho); la obesidad; el consumo excesivo de sal; el consumo excesivo de alcohol; fumar; el uso prolongado de algunos medicamentos (corticoides, descongestivos nasales, analgésicos); y la falta de actividad física.
¿Cómo se hace el diagnóstico?
La única manera de detectar la HTA es mediante su medición con un tensiómetro y en condiciones adecuadas. Al ser un problema silencioso y sin síntomas, muchas personas tienen la presión arterial elevada durante años sin saberlo.
¿Cómo se previene y se trata?
En la gran mayoría de los casos, la HTA no puede curarse, pero sí controlarse con medicamentos y cambios en el estilo de vida. El tratamiento indicado debe continuarse sin interrupciones durante toda la vida.
Además, hay otros elementos importantes que contribuyen a controlar la presión arterial, como reducir el peso corporal si se tiene sobrepeso u obesidad, y reducir el consumo de alimentos ricos en sal y suprimir el uso de sal de mesa.
Además, para limitar el agregado de sal durante la preparación de las comidas, se recomienda reemplazarla con condimentos de todo tipo: pimienta, perejil, ají, pimentón, orégano, ajo y/o limón.
A su vez, los fiambres, embutidos y otros alimentos procesados (como caldos, sopas instantáneas y conservas) contienen elevada cantidad de sal y su consumo debe limitarse al máximo.
Otras medidas de prevención importantes son no tomar bebidas alcohólicas o reducir la ingesta de alcohol en personas bebedoras; realizar actividad física: caminar, trotar, nadar o trasladarse en bicicleta, al menos durante 30 minutos y la mayor cantidad de días de la semana posibles; consumir abundante cantidad de frutas y verduras frescas; y abandonar el hábito de fumar.
Asimismo, la cartera sanitaria provincial destacó que medir la presión arterial con precisión es fundamental para saber si se padece hipertensión y que, si una persona no se la ha medido, lo mejor que puede hacer es concurrir a un Centro de Atención Primaria de la Salud (CAPS) de su ciudad para obtener una lectura precisa de la misma.
También se indicó que si una persona es hipertensa es prioritario que mantenga hábitos de vida saludable y que tome la medicación indicada por su médico.
A su vez, si una persona tiene diabetes o enfermedad renal debe controlar frecuentemente su presión arterial.
Alertas
Por último, el Ministerio de Salud resaltó que si una persona es hipertensa debe consultar inmediatamente al médico en caso de dolor de cabeza muy intenso, no habitual y repentino; dificultad para hablar, levantar un brazo o mover los músculos de la cara; mareos o vértigo (sensación de giros y movimiento); visión borrosa repentina; y/o dolor en el pecho o sensación de falta de aire.
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