Las negociaciones políticas para la conformación de las listas de precandidatos que los partidos políticos presentarán para participar de las PASO en el marco de las elecciones legislativas nacionales de este año, se encuentran en plena definición.
Este sábado 24 a las 24, vence el plazo para la presentación. Y, como viene sucediendo desde siempre, se observa que otra vez el papel de la mujer se está viendo muy relegado con respecto al de los varones en cuanto a su ubicación en las principales posiciones en dichas listas.
En efecto, pese al gran avance "feminista" que se está experimentando a nivel global pero especialmente en la Argentina, la mujer hoy continúa ocupando un rol secundario, de acompañante e incluso, peor, de mero "relleno" en cumplimiento de la Ley del cupo femenino.
Es cierto que se observa una cantidad importante de mujeres que son protagonistas en la vida política en el país, otras con gran exposición mediática. También, en muchos distritos hay mujeres que han avanzado en espacios que siempre fueron ocupados por el varón. Y es indudable que se ve la intención de un verdadero involucramiento de la mujer en las cuestiones políticas.
No obstante, todo ese avance logrado no implica aún que la mujer esté en pie de igualdad con el varón en materia de participación en espacios trascendentes de la política. Solo basta observar las discusiones que se están llevando a cabo en estos días para cerrar las listas de precandidatos para las PASO de septiembre. En concreto, hablando de Chubut se ve que la gran mayoría de las listas tentativas están encabezadas por varones; las mujeres siguen de "relleno" impuesto por el cupo femenino.
Lo señalado son datos objetivos. Ahora, bien. Es interesante, más bien un deber, analizar sobre esta situación, y los primeros interrogantes que surgen son: ¿a qué obedece esto? ¿Por qué continúa sucediendo esta desigualdad? ¿Por qué las mujeres no terminan de dar el gran paso para pasar al frente y asumir las responsabilidades para las que están totalmente capacitadas?
Es sabido que la cuestión no es ni será fácil. La cultura patriarcal es un hueso duro de roer pese a todos los avances en esa materia. Obviamente, el varón también -más allá del discurso público- procurará conservar su posición de poder. Pero, tal vez el principal obstáculo para que la mujer diera ese paso necesario e imprescindible para lograr la aclamada "igualdad" sea producto más de la falta de decisión de ellas que de las trabas impuestas "naturalmente" por el género masculino.
Es decir, da la sensación de que a la mujer -siempre hablando en general, más allá de las excepciones- le cuesta mucho tomar esa decisión personalísima de dar ese paso hacia adelante que la depositará, finalmente, en la misma línea que ocupa el varón. Tal vez aún les pese demasiado despegarse de su histórico rol de ser madre, mujer y "compañera" de su esposo... Pareciera que hay algo que impide modificar ese chip, y eso se tiene que abordar para su definitiva resolución.
Como conclusión, podría decirse que en lo que se refiere a la participación en espacios estratégicos la mujer hoy todavía está un escalón por debajo del varón más por propia inacción -o decisión- que por oposición del género opuesto. En este caso se habla de la participación de las mujeres en la política; pero bien podría trasladarse esta conclusión a muchos otros aspectos de la vida.
Por Héctor R. de los Santos
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