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Vacuna en polvo: ¿la solución al problema de la refrigeración?

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  • Jueves, 12 de Noviembre de 2020

El almacenamiento a temperaturas muy bajas de la potencial vacuna contra el COVID-19 es uno de los problemas más grandes en la logística de distribución. Ventajas y desventajas de la fórmula en polvo



Lograr una fórmula que sea candidata para combatir el COVID-19 en forma de vacuna es uno de los mayores desafíos. Sin embargo, aún sin saber si alguna de las vacunas más prometedoras podrá terminar con la nueva enfermedad, se presenta otro desafío no menor: el transporte y almacenamiento de la cura.

Proveer una vacuna contra el coronavirus desde los lugares de fabricación a distintos territorios del mundo es una de las problemáticas de logística que preocupan aún más a las partes involucradas. Y es que países con suministro de electricidad inestable no podrán almacenar las ampollas a temperaturas bajas como las que son necesarias para preservar la vacuna.

¿Cuál sería la solución? Según aseguró en declaraciones con Business Insider Mikael Dolsten, uno de los científicos que están detrás de la vacuna de Pfizer, actualmente están trabajando en una forma en polvo de su revolucionaria vacuna COVID-19, que podría ser una potencial solución a los problemas de almacenamiento de la forma líquida que debe mantenerse a temperaturas tan bajas.

“La temperatura es importante para mantener el principio activo de la vacuna. Dependiendo de la tecnología y el tipo de fórmula que se emplee. Pero, si esta se degrada, la vacuna no funciona. Es una cuestión de compromiso: cuanto menos cuidemos la temperatura, la eficacia de la vacuna puede verse alterada”, explicó a Infobae Federico Prada, decano de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Exactas de la UADE.

Una de las que necesita condiciones muy frías para poder ser almacenadas es la de Pfizer: la vacuna está basada en una tecnología innovadora que consiste en inyectar en el organismo instrucciones genéticas llamadas ARN mensajeros, que dictan a las células qué deben fabricar para luchar contra el coronavirus. Es el mismo método que utiliza la firma estadounidense Moderna, también en la carrera por hallar una vacuna. Pero estas vacunas deben conservarse a temperaturas muy bajas, a - 70 ºC en el caso de la de Pfizer/BioNTech, lo que puede suponer un freno logístico de envergadura para su distribución al mundo entero.





Dada la inestabilidad del ARN, existe un límite de temperatura a partir del cual la vacuna se degrada. En el caso de la vacuna de Moderna, necesita un almacenamiento y un transporte a -20ºC. Una vez que se las descongela, pueden sobrevivir en una heladera común hasta cinco días.

La temperatura que requiere la candidata de Moderna complica su transporte, pero la de Pfizer prácticamente requiere instalaciones especiales como las de los grandes hospitales o los laboratorios académicos. Por eso la compañía está pensando en “expendedores térmicos” que, hasta que se los abra (algo que solo puede suceder dos veces en un día y durante no más de un minuto cada una), pueden mantener la vacuna estable durante 10 días, luego de los cuales deben ser recargados con químicos de congelamiento cada 24 horas por hasta cinco días.

La gran ventaja de este tipo de vacuna, de acuerdo al especialista, es que puede mantenerse a temperatura de refrigeración normal: “Podríamos definir ‘normal’ como la temperatura de las heladeras. El polvo de la vacuna es muchísimo más estable porque la vacuna de ARN mensajero es inestable en solución ya que otras moléculas pueden degradarlas salvo que esté congelada”.

 

 

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