En una nueva estrategia para mantener a raya la divisa antes de las elecciones, el Gobierno recurrió a las reservas del Tesoro Nacional para sumar oferta al mercado y evitar presiones inflacionarias. La medida se implementó ante la imposibilidad del Banco Central de intervenir directamente, aunque la reacción de los mercados fue negativa, con caídas en acciones y bonos argentinos.
El Gobierno ha puesto en marcha una nueva etapa en su política cambiaria. Ante el acercamiento del dólar al techo de la banda de flotación pactada con el FMI y la prohibición al Banco Central de vender divisas, el Tesoro Nacional ha asumido la responsabilidad de intervenir en el mercado. El objetivo es claro: mantener la cotización oficial por debajo de los $1400 para evitar un traslado a precios y contener la inflación en la previa de las elecciones legislativas.
La medida, anunciada por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, surtió efecto inmediato. En su primer día de implementación, el dólar cayó $10 y cerró en $1375 en el Banco Nación.
Según operadores del mercado, la baja se debió a las ventas de divisas oficiales en el inicio de la jornada. Esta estrategia busca mitigar la presión alcista en un contexto de menor ingreso de dólares por parte del sector agroexportador y una creciente demanda de cobertura por parte de empresas y particulares.
La intervención se realizará utilizando los US$1700 millones que el Tesoro tiene depositados en el BCRA. A diferencia de las operaciones del Banco Central, no habrá información pública diaria sobre el volumen o el momento de las ventas. La única forma de inferir la actividad del Tesoro será a través de la evolución de sus depósitos en dólares, una decisión que, según el Gobierno, cuenta con el respaldo del FMI, aunque no ha habido una confirmación explícita desde Washington.
Riesgos y cautela de los mercados
Si bien la estrategia del Gobierno busca enviar una señal de estabilidad, existen riesgos. El stock de dólares del Tesoro ha ido disminuyendo y parte de esas reservas ya fueron utilizadas para asistir a la provincia de Buenos Aires. El compromiso de estos fondos en un momento de volatilidad podría reducir la capacidad de respuesta frente a un eventual salto del dólar o un shock externo.
En paralelo, los mercados no reaccionaron de forma positiva. Las acciones argentinas en Wall Street cayeron hasta un 6% y los bonos en dólares retrocedieron hasta un 1,5%, reflejando la cautela de los inversores ante esta nueva etapa de intervención.
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