El coaching es una herramienta esencial para que los padres puedan abordar los desafíos de paternidad actuales fomentando la autoconciencia, la comunicación afectiva y un entorno familiar de bienestar y desarrollo
La paternidad, como tantos otros aspectos de la vida, se transforma constantemente. Hoy, criar a nuestros hijos nos exige habilidades que antes no se consideraban primordiales: escucha activa, validación emocional, manejo de las propias emociones y diálogo abierto. La celebración del Día del Padre en Argentina nos antepone a un escenario ideal para conocer herramientas que nos ayuden a satisfacer las necesidades de la crianza moderna.
Desafíos más comunes que enfrentan los padres hoy
-Cambios en el modelo de paternidad y autoridad
-Lograr conciliación entre el mundo laboral y familiar
-Complejidad en la comunicación con sus hijos
Según la International Coaching Federation (ICF), el 80% de las personas que reciben coaching mejoran su autoestima y relaciones interpersonales. Este es un factor principal que puede ayudar al crecimiento y bienestar del núcleo familiar. Durante el proceso de coaching, el padre se somete a establecer sus propias metas, generar la autoconciencia, la responsabilidad, y accionar en consecuencia. Algunos de los beneficios son:
Mayor conciencia y autoconocimiento: las personas desarrollan una comprensión más profunda de sus propios patrones de comportamiento, sus emociones, sus valores y cómo todo esto influye en su estilo de crianza. Esto les permite ser padres más conscientes e intencionales. Además, al descubrir sus propias fortalezas y aprender a aplicarlas en la crianza, se sienten más competentes y seguros en su rol, reduciendo la ansiedad y la culpa.
Desarrollo de inteligencia emocional: aprenden a identificar y gestionar sus propias emociones de manera constructiva, lo que les permite convertirse en un gran modelo a seguir para los hijos y reaccionar a los desafíos de la manera más adecuada posible.
Comunicación efectiva y consciente: se adquieren herramientas para fomentar la escucha activa, la empatía, la comunicación asertiva y así mejorar el diálogo con los miembros de la familia, fomentando la comprensión y la conexión
Límites claros y respetuosos: el coaching ayuda a los padres a definir y comunicar límites o normas de manera efectiva, promoviendo la disciplina positiva y el respeto mutuo sin caer en la autoridad impuesta o permisividad.
Equilibrio y bienestar personal: los padres aprenden a priorizar su propio autocuidado y a gestionar su tiempo de la manera más efectiva. De esta manera, les permite tener energía y disposición para la crianza y disfrutar la vida personal.
Al mejorar la forma en que se comunican, gestionan sus emociones y se relacionan con sus hijos, los padres no solo se transforman a sí mismos, sino que también contribuyen a un entorno familiar más nutritivo, y propician el desarrollo de personas más seguras, empáticas y emocionalmente inteligentes.
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