CARTA DE LECTOR
Cayetano Ruggieri, ex jefe de prensa de la AFA y mano derecha de Julio Grondona dentro de la institución, sigue esperando respuesta después de varios reclamos a la justicia para que resuelvan su situación sobre la actualización de sus haberes jubilatorios.Hasta el momento no tuvo respuestas y decidió salir nuevamente a explicar su situación a través de una carta.
Socorro!!
Cuando era chico, hablo de 70 años bien largos, en mi barrio unas de las mayores diversiones era la calesita. La vuelta costaba 5 centavos. También había helados de 5. Y el tranvía 35, que me llevaba de Devoto a Villa Urquiza, cuando iba a visitar a mi abuela, 10. Otros tiempos. Otras costumbres.
En mi casa no sobraba el dinero, por eso nunca tenía más de 25 centavos para el tío vivo, pero yo me las rebuscaba. Entre la sortija, que sacaba bastante seguido y la vista gorda del calesitero, que me dejaba subir sin pagar, nunca daba menos de 15 vueltas. Un crack.
Lo que nunca pensé, es que hoy, a punto de cumplir 84 años, sin querer, sin pensarlo y mucho menos aún sin soñarlo, es que hoy estaría subido otra vez a la calesita. Claro que de manera forzada.
La insensibilidad de los jueces que hacen tiempo pero no justicia y las arbitrariedades de La ANSES hacen que siga litigando (ya voy por el año 15) por la jubilación que me gané con creces.
Mi caso debe ser único: cuando inicié los trámites presenté aportes por 67 años (trabajé durante más de medio siglo, durante lapsos muy prolongados en dos actividades al unísono) y me desestimaron 5 como monotributista; absurdo total: te descuentan para bajarte el promedio, no para subirlo. Pero no es todo. En esos años trabajé por largos periodos en más de dos ocupaciones, así que los 67, bien contados ya andaban muy encima de los 70. De acuerdo al slogan de los vendedores que trajinan en el del transporte público, como si esto fuera poco, después de jubilado trabajé unos 8 años en blanco.
La jueza (Karina Alonso Candís, que tuvo dormido mi expediente), se despertó cuando hace unos meses hice publico este atropello, decidió que era hora de abonarme. Pero ANSES, apeló otra vez con vergonzantes artilugios. El expediente subió a Cámara, y de la calesita, pasé a jugar al gran Bonete, “Yo señor, no señor…”Lo cierto es que tengo razón, pero de acuerdo a este maléfico engendro, debo seguir esperando.
Mi caso es particular, pero hay miles de jubilados, muchos de ellos de seguro en peores condiciones que las mías, esperando justicia. La ley de la vida (¿O de la muerte?), indica que el almanaque nos juega en contra, por eso los jueces que no fallan, pero nos fallan y la ANSES, dejan pasar el tiempo. Desde el otro mundo no se elevan quejas.
Extraño país. Vuelan bolsos en los conventos, los cuadernos despiden un olor nauseabundo, miles de chocolates se forran en oro, los yates pasean desfachatados bandidos y bandidas de todos los colores. Dólares para todos y todos, pero los jubilados no cobran lo que se ganaron.
Cayetano Ruggieri
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