Estados Unidos está próximo a aprobar la terapia con MDMA, popularmente conocida como éxtasis, en casos de síndrome de estrés postraumático.
En los últimos años, drogas consideradas ilícitas han recibido un incrementado interés debido a su potencial terapéutico. Al cannabis medicinal ahora se le suma el MDMA o éxtasis, una droga psicodélica que podría aplicarse en aquellas personas que experimenten síndrome de estrés pos-traumático (SEPT).
Rick Doblin, un activista que promueve el uso de drogas psicodélicas para tratamientos médicos, aventura que la aprobación por parte de la FDA (ente regulador equivalente en Anmat en EEUU) para estos tratamientos podría darse durante el 2023. El activista es el fundador y presidente de la organización sin fines de lucro MAPS: Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies y ha pasado casi cuarenta años investigando si el MDMA puede ayudar a personas con trastorno de estrés postraumático.
Ensayos clínicos
En 2021 se realizó un ensayo clínico de fase III con noventa personas con SEPT y se encontró que aquellos que recibieron MDMA junto con psicoterapia tenían el doble de probabilidades de recuperarse en comparación a aquellos que recibieron psicoterapia y placebo. En un artículo recientemente publicado en la revista Nature, MAPS asegura haber completado una segunda prueba aún más grande, también con resultados positivos. Los próximos pasos incluyen la solicitud de la aprobación de este tipo de tratamientos por parte de la FDA; un punto de inflexión que podría suceder en octubre.
De aprobarse el uso de MDMA en tratamientos médicos, marcaría un cambio abrupto en las investigaciones detrás de este tipo de drogas. El hecho de que sean ilegales hace muy dificultoso su estudio, al abandonar este estado seguramente se caigan muchas barreras que impiden generar conocimiento.
Estados Unidos no es el único
La terapia psicodélica no solo es cosa de Estados Unidos. En febrero de este año, Australia aprobó el uso de MDMA para el tratamiento de SEPT. Si bien el uso de esta droga aún está muy restringido, se espera que la reciente aprobación abra las puertas al empleo de otro tipo de sustancias como la ketamina, la ayahuasca, el LSD y la psilocibina (principio activo de los hongos alucinógenos).
Para 2028 el mercado de los psicodélicos podría tener un valor de más de 8 mil millones de dólares, a pesar de que el MDMA existe desde 1912 y no puede ser patentado. Esto último genera pocos incentivos financieros para el desarrollo de terapias basadas en psicodélicos.
Aún quedan muchos interrogantes y uno de los más relevantes se vincula con responder a cómo se administrarían este tipo de drogas. Los miembros de MAPS indican que deben administrarse en conjunto con psicoterapia desarrollada por los científicos de la compañía; el problema es que la FDA no regula este tipo de tratamientos. Tampoco está claro si la aprobación de MDMA facilitará el camino para otras compañías que esperan estudiar y desarrollar terapias psicodélicas ya que, si surgen problemas después de que se apruebe la droga, el público y la voluntad política podría volverse en contra de los psicodélicos.
Cómo funciona
La teoría sostiene que el MDMA permite que las personas enfrenten su trauma amortiguando la respuesta de la misma manera que lo hace el alcohol, pero sin la confusión y con menos efectos secundarios. Gran parte de las terapias del SEPT se enfocan en que la persona se concentre en un evento traumático para que pueda superarlo. Esto, muchas veces, es un proceso doloroso en sí mismo. El MDMA incrementa las emociones positivas y permite a las personas hacer otro tipo de conexiones. Doblin afirma que, a pesar de la prohibición, miles de pacientes han sido tratados con este tipo de principios.
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