La escritora, heredera universal del autor del centenario “Fervor de Buenos Aires”, “El Aleph” y “Ficciones”, tenía 86 años
a heredera universal del autor de El Aleph, custodia de su legado y creadora de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, María Kodama murió esta mañana en su casa de Buenos Aires, a los 86 años, por complicaciones de un cáncer de mama avanzado. Samurái. Agnóstica. Hermética. Profesora de Filosofía y Letras. Pisciana. Cosechó amistades y elogios por su labor y también detractores y polémicas. Kodama evitaba hablar de la muerte para referirse al fallecimiento de sus seres queridos, prefería un eufemismo: la partida o el ingreso al gran mar. Sin embargo, hasta último momento mantuvo un excelente humor, con su característico sentido de ironía y también su perspicacia para desafiar y hallar algunas unánimes simetrías del universo y sus espejos, como la que hoy destacan los lectores de esta pareja: la partida de Kodama, escritora, viuda y albacea el célebre autor a los 86 años es la misma edad que tenía Borges cuando falleció en 1986.
En una de sus últimas apariciones en público, en un acto en noviembre pasado en el Centro Cultural Borges, había declarado: “Espero que ser razonables y conciliadores no sea un hecho infrecuente para nosotros, como pensaba él. El patrimonio de Borges no es solo literario sino también ético”.
Finalmente, en diciembre, presentó en el CCK su último libro, La divisa punzó (Sudamericana), un ensayo histórico sobre Juan Manuel de Rosas que escribió en coautoría con Claudia Farías Gómez. Hoy, su editor en Penguin Random House anticipó que en la próxima Feria Internacional de Libro de Buenos Aires, que comenzará exactamente en un mes, se presentará el último proyecto en el que la trabajaba: una edición aniversario por el centenario de Fervor de Buenos Aires, que reúne los tres primeros libros de poemas del escritor.
Kodama tenía una intensa vida social y viajaba por el mundo brindando conferencias sobre Borges, asistiendo a homenajes en universidades, ámbitos académicos e intelectuales. También llevaba a cuesta siempre algún trabajo que algún estudiante de doctorado realizaba sobre la obra de Borges. ¿Quién sucederá a Kodama en la labor de custodia que ha tomado con tanto compromiso desde 1986? Según había confiado parcialmente hace unos meses, serían dos instituciones extranjeras, universidades en los Estados Unidos y en Japón, las que tomarían la posta.
Si existiese la reencarnación -contaba ella en una entrevista a LA NACION- le hubiera gustado ser científica, a diferencia de Borges, que quería reencarnar y volver a ser escritor. Kodama ha partido, como antes lo hizo Borges, quien le dedicó el poema “La luna”: “Hay tanta soledad en ese oro./La luna de las noches no es la luna/que vio el primer Adán. Los largos siglos/de la vigilia humana la han colmado/de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.” Desde hoy, la luna no está tan sola y quizá, se hayan encontrado Borges y Kodama en algún punto del universo.
Fuente LN
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