Pensada para niños a partir de los tres años, promueve el aprendizaje colaborativo de ciencia y tecnología, a través de juegos y orientado a la resolución de problemas cotidianos.
La tecnología y la robótica son la base de un futuro cada vez más cercano, y así lo entiende la provincia de Misiones que posee la primera escuela de robótica gratuita y pública del país. Se trata de una institución que, a través de un sistema pedagógico innovador basado principalmente en el trabajo en equipo y la concreción de proyectos, los niños, niñas y jóvenes desarrollan habilidades en relación a la robótica, la programación y la electrónica.
Así, el sistema de aprendizaje sale de lo tradicional y varía según las edades de los alumnos y alumnas. En el caso de las infancias, aprenden contenidos relacionados con el diseño, la electrónica y la programación mediante el juego y técnicas dinámicas. Luego, los alumnos más grandes aprenden mediante proyectos, esto es, pensar una situación de la vida cotidiana, identificar una necesidad y pensar una solución tecnológica en función de ella.
La directora de la Escuela Solange Schelske cuenta a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ que “el ingreso a la escuela es a partir de los tres años y sin límite de edad. Incluso hay docentes de la casa que también toman clases”. Además, explica que la institución busca sumar otras escuelas de educación formal a su línea de trabajo: “De esta manera, llevamos tareas a los colegios para que tengan este modo de aprendizaje y los contenidos en sus currículas”.
La Escuela de Robótica posee 85 espacios maker distribuidos por la provincia, es decir, lugares donde los alumnos y alumnas experimentan y concretan proyectos tecnológicos. A fines del año pasado comenzó el traslado de este modelo de aprendizaje a otras jurisdicciones, siendo Neuquén la primera en inaugurar el Centro Neuquino de Robótica.
Asimismo, aquellos adultos que quieran sumarse pero no tienen conocimientos previos en relación a este campo de estudio pueden hacerlo sin problema. “Cada año los aprendizajes se retoman: aquellos que ya los conocen los profundizan, y los que no tienen idea pueden aprenderlo”, dice la directora.
Campeonatos y clubes de robots
Un aspecto fundamental de este modelo de aprendizaje es el trabajo en equipo. Así la institución desarrolla distintas actividades para poner en común los proyectos de los y las alumnas. Tal es el caso de la Copa Robótica Misiones en la que compiten los robots de las distintas sedes de la escuela en función de seis categorías: fútbol, sumo, minisumo, velocistas, laberinto e innovación.
También los mismos alumnos crearon el “Club de Robótica” para formar grupos de trabajo que lleven a cabo los proyectos destinados para las competencias de Robótica y otras áreas del campo. Allí ingresan a partir de los diez años y con conocimientos previos en diseño, programación y electrónica.
Todas estas experiencias intentan responder a una necesidad social que identifican los alumnos. Schelske detalla: “Tenemos casos de chicos que han ido más allá y los proyectos salieron de las escuelas. Por ejemplo, un grupo de estudiantes conformó una cooperativa de trabajo y comercializan la robótica que hacen; otros grupos se han animado a iniciar sus propias startups (empresas emergentes) y se han presentado a convocatorias nacionales o concursos”.
En definitiva, la Escuela de Robótica de Misiones busca que sus estudiantes aprendan de una manera más colaborativa, grupal y con respuestas a las necesidades que existen en la vida cotidiana. Y, una vez más, se alza la bandera de la inclusión: pública y gratuita.
Fuente Agencia de Noticias Científicas de la UNQ
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