El arquitecto argentino Martín De Estrada fue seleccionado, junto a otros 15 latinoamericanos, para construir los alojamientos más raros del mundo. El proyecto cuenta con el apoyo de Airbnb y se integrará a las ofertas de la plataforma.
"Huevo de Dragón" es la denominación con la que se conoce este estilo de cabaña. Es una estructura autoportante de madera con revoque de barro y revestimiento en metal, apoyada sobre columnas metálicas. El hospedaje permitirá alojar entre dos y tres personas y se construirá en un terreno de unos 7000 m² que el arquitecto posee en Trevelin, provincia de Chubut.
En un principio, De Estrada pensó el proyecto como un atelier, pero no pudo concretar la idea por falta de presupuesto. Fue así como el arquitecto, radicado en Esquel hace siete años, se enteró del concurso de casualidad y no dudó en anotarse: "Estaba navegando por la web cuando me apareció la convocatoria. Siempre busqué mezclar el arte con la arquitectura, combinar el concepto con un sustento simbólico y esta era una gran oportunidad para hacerlo”, aseguró.
Asimismo, dijo que “la idea es intervenir todo el espacio de abajo también, el paisaje de alrededor, a nivel artístico y conceptual" y que incluso imagina "una pileta natural, un manchón de tulipanes, una parquización con cierto grado de abstracción que acompañe el mismo lenguaje del huevo y que sea parte de la experiencia de quienes se alojen ahí”.
La obra posee una gran inspiración a partir de la influencia galesa en Chubut. De hecho, junto con los tulipanes, la imagen del dragón se erige como una suerte de “marca registrada” de Trevelin a nivel turístico.
Huevo de Dragón comenzará a construirse el 1º de enero de 2023 y detalló: “Me interesa que no pierda esbeltez y belleza, que logre las mismas características del render. Además de la escala y la forma, al estar en altura, el huevo de dragón implicará encarar varios desafíos estructurales y complejidades, como la rampa de acceso de un solo tramo”, señala.
Una obra con influencia familiar
Martín De Estrada es el nieto de Ernesto De Estrada, el creador del Centro Cívico de Bariloche y afirmó que fue una gran inspiración para él: "Recuerdo el olor a lápiz de su estudio, su viejo tablero de dibujo. Teníamos una relación muy linda. Y cada vez que iba a su casa los fines de semana, le llevaba un dibujo de un árbol o me pedía que se lo dibuje ahí para él. Era una especie de rito. Y yo, desde muy chico, siempre dije que quería ser arquitecto.
Formado en la construcción natural, el arquitecto también buscará que el concepto se convierta en una obra de arte total y en el futuro, desarrollará la posibilidad de que el lugar sea completamente autosustentable.
Fuente Baenegocios
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