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Las vacunas contra el coronavirus protegen aún más a las personas que ya tuvieron COVID-19


  • Sábado, 02 de Octubre de 2021

Quienes cursaron la infección generaron anticuerpos y las vacunas estimulan el sistema inmunológico, al crear defensas más fuertes. Cómo funciona este escudo protector



Las casi 235 millones de personas que ya se contagiaron de COVID-19 en todo el mundo se preguntan o preguntaron si era necesario vacunarse contra la enfermedad que produce el nuevo coronavirus SARS-COV-2, el causante de la pandemia que ya lleva más de un año y medio en el planeta y ha causado más de 4,8 millones de muertes.

La respuesta es sí. Desde la Organización Mundial de la Salud, hasta los ministerios de Salud de todo el mundo y los más prestigiosos infectólogos afirman que es necesario vacunarse pese a haber contraído la enfermedad. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC) recomiendan que las personas se vacunen independientemente de si ya han tenido COVID-19.

Eso es, en parte, porque aún no está claro cuánto tiempo dura la inmunidad después de una infección. Los estudios han demostrado que los anticuerpos permanecen en la sangre durante al menos ocho meses después de enfermarse, pero algunos pacientes recuperados se han vuelto a infectar.

Según los expertos que trabajan allí, las vacunas le dan al sistema inmunológico de las personas que fueron infectadas previamente un refuerzo adicional de protección para combatir el coronavirus, incluso contra nuevas variantes más transmisibles, según muestran las últimas investigaciones. Y debido a que la variante Delta, identificada por primera vez en India, puede extenderse entre las personas vacunadas, esa capa adicional de protección para los pacientes recuperados probablemente sea muy útil.

“Si ha estado expuesto a COVID antes, no crea que es inmune a las variantes. Aplíquese las vacunas”, aclaró Benjamin Ollivere, cirujano de trauma que estudia COVID-19 en la Universidad de Nottingham en Inglaterra. Ahora, la evidencia de que incluso las personas recuperadas se benefician de las inyecciones está aumentando.

Según el doctor Christian Drosten, responsable de virología del Hospital Charité de Berlín, y uno de los expertos más escuchados por la Canciller Angela Merkel, la combinación de vacunas e infección es la mejor manera para “lograr una inmunidad resistente a largo plazo”. “La inmunidad después de un infección es más robusta a largo plazo porque sus propias células T producen anticuerpos localmente. Entonces sé que tengo inmunidad resistente a largo plazo y solo veré este virus cada pocos años, al igual que veo los otros coronavirus de vez en cuando”, agregó haciendo un fuerte llamado a las personas a vacunarse contra COVID-19.

Las personas previamente infectadas con el coronavirus pueden obtener un aumento significativo de la inmunidad contra el virus y sus variantes si luego de cursar la enfermedad se vacunaran con el esquema completo.

Así lo sugiere cada vez más evidencia científica que postula que la vacunación más la inmunidad natural conduce a una protección particularmente sólida, incluso contra variantes del virus. La llamada inmunidad híbrida, es decir, la inmunidad natural de una infección combinada con la inmunidad proporcionada por la vacuna, parece resultar en una protección más fuerte que la simple infección o la vacunación por separado.

En un estudio, difundido por los CDC, se demostró que entre aquellos que habían sido previamente infectados, la vacunación redujo el riesgo de reinfección en más del doble, en comparación con la infección natural sola. La ventaja inmunológica de la inmunidad híbrida, según Crotty, proviene en parte de las llamadas células B de memoria: células inmunes que producen los anticuerpos que luchan contra el virus.

“Las células B de memoria son básicamente fábricas de anticuerpos con las luces apagadas. Si el virus pasa su primera línea de defensa, que son los anticuerpos circulantes, las células B de memoria pueden activarse y producir más anticuerpos”, explicó el infectólogo estadounidense Shane Crotty.

Estas células están entrenadas para producir anticuerpos contra amenazas específicas, como el coronavirus, después de que se exponen por primera vez a la amenaza. Pero las células B de memoria no solo producen anticuerpos que han funcionado en infecciones anteriores; estas células también están jugando constantemente con la fórmula, produciendo anticuerpos que podrían apuntar a variantes de virus que pueden no existir todavía.

Tanto la inmunidad inducida por la vacuna como la infección natural activan la capacidad de generación de anticuerpos de las células B de memoria. Pero la investigación ha encontrado que los niveles de células B de memoria son, en promedio, más altos en personas con inmunidad híbrida en comparación con la infección natural o la vacunación sola. Eso podría contribuir a una mayor variedad de anticuerpos observados en personas con inmunidad híbrida.




Fuente: Infobae

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