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  • Viernes, 03 de Septiembre de 2021

Diferendo sobre la Plataforma Continental Submarina Chile-Argentina 2021



Por Pablo Garay 

Dr. en Derecho Internacional

La controversia sobre la publicación de parte de Chile de la Carta Náutica N° 8 dejó a Argentina en una crisis diplomática y colocó al tema en la agenda pública. 

Es algo inaudito que a días de las elecciones PASO, impacta  como un golpe oculto que no se ve, aunque de efectos terribles para la soberanía del país. 

De parte de Chile, si se escudriña la cuestión desde los medios trasandinos ven la cuestión como algo que tiene factores de soberanía: los campos de hielos sur, las fuentes de agua en la cordillera sur, plataforma continental y se suma por último algo no reconocido oficialmente, y nombrado como una realidad clara y concisa por el ex Canciller Ignacio Walker. 

Si algo tiene Chile en su diplomacia es que pueden tener voces disímiles, la amplia mayoría de  diplomáticos cuentan con gran profesionalismo, y lo mas notable es que ellos van con un paso mas bien pausado aunque siempre sólido.  

Para prueba de ello solo resta ver el diferendo de Salida al Mar de Bolivia-Chile, resuelto favorablemente para Chile en el 2018, el diferendo del Mar entre Chile-Perú resuelto con ventajas para Chile en 2014, o el tristemente recordado diferendo con Argentina resuelto mediante una “mediación papal” que fue extremadamente perjudicial para Argentina, y Chile salió victorioso en el 1978. Es recordado el rol entreguista y anti-patriótico jugado por el deplorable Canciller Dante Caputo (1983-1989), quien en un debate televisivo conducido por Bernanrdo Neustadt, días antes de la votación en el plebiscito por el SI o NO de 1984, movilizó a la población con premisas falsas y auto-titulándose de intelectual salvador de la situación, y amedrentando a todo el pueblo con la imagen que si no se votaba lo que era su decisión, Argentina iría la guerra nuevamente. En síntesis su posición extorsiva y de entrega de territorio fue clara: “o regalan el Canal de Beagle, las Islas Malvinas, el Atlántico Sur, y la Proyección Antártica, como digo yo, o tendrán otra Guerra de Malvinas”. Las consecuencias de haber escuchado a ese encantador de serpientes e ilusionista Dante Caputo, las padecemos hasta el día de hoy; y las padeceremos por centurias.  

Argentina tiene varios elementos para defenderse del embate diplomático de Chile. Los más importantes son el principio bi-oceánico, la Convención de Derecho del Mar de Montego Bay (1982), El Tratado de Paz y Amistad (1984), la aprobación por Naciones Unidas de las Cartas Náuticas y planos de la pretensión Argentina sobre la Plataforma Continental Submarina de 2009, ratificadas en 2014 y 2016,  Ley Nacional 27.557, aprobada por unanimidad el 4 de agosto de 2020 en ambas Cámaras del Congreso Nacional y promulgada por el Poder Ejecutivo el 24 de agosto del mismo año. Dicha ley simplemente recoge en norma interna la oportuna presentación realizada por el Gobierno argentino sobre dicha área ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC). 

La Cancillería Argentina obró de modo correcto, y realizó una queja, y a la vez argumentó que Chile no impugnó ni la presentación ni la decisión de la Comisión (CLPC), también criticó que la medida intentada por Chile busca apropiarse de parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de lecho marino y océano, espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar. 

PERDER TERRITORIO 

Ahora lo importante es también evaluar las voces que abogan porque Argentina pierda territorio y además que pierda algo que es un capital muy difícil de construir en Derecho Internacional y en Relaciones Internacionales, que es el respeto y la sensación de contundencia y solidez. 

De parte de Chile, argumentan que en el año 2009 ellos elevaron una nota de Queja Diplomática, sobre la pretensión Argentina, también sostienen que el Tratado de Entrega y Humillación firmado en 1984, no especifica las delimitaciones alrededor de las islas Diego Ramírez, y precisamente desde allí es de donde quiere Chile proyectar una “plataforma continental submarina”. Asimismo aceptemos la astucia de Chile que expresa que Argentina “confunde” la Zona Económica Exclusiva con la Plataforma Continental. Y esto denota una famosa “crítica” a la formación académica y capacidad intelectual de la diplomacia argentina. Esto es algo para reflexionar y corregir, puesto que Argentina ha tenido fallas a lo largo de la historia. 

Sobre las fallas de la diplomacia argentina, también corresponde tener autocrítica. Han sido diversas oportunidades en las que Argentina tuvo todo para ganar, y sin embargo perdió. Argentina lo hizo en 1978, en 1982 mediante la vía diplomática. 

Ahora en el Derecho Internacional y la Política Internacional han sido varias oportunidades en las que los países recuperaron territorios o han ganado contiendas. Un caso simbólico y reciente es cómo Rusia recuperó la Península de Crimea en 2014. Lo hizo mediante fuerza de ocupación militar acompañada de una gran astucia diplomática y un acompañamiento político interno a su política exterior.   

ACTUALIDAD ARGENTINA

Hoy se ve como en Chile no creen que sea plausible y hasta tornan inverosímil la posibilidad que Argentina acuda a la Corte Internacional de Justicia de La Haya en busca de solucionar un diferendo, ya sea por soberbia o desprecio a nuestras aptitudes. 

Igualmente en Chile consideran que la posición argentina está basada en un error de concepción, que Argentina confunde dos conceptos y que además un ex-canciller chileno habla sobre la situación como una “diferencia de apreciaciones”. 

Y con una técnica de mantener el mismo tono discursivo y argumentativo, sostienen que esa “pretensión” de Plataforma Continental Submarina de Argentina -la que fuere aprobada por Naciones Unidas- es solo una expresión de deseos y que “no es oponible a ellos”.

Hoy nuevamente Argentina está en condiciones de defenderse, y de ganar esta contienda, ya sea por medios diplomáticos, como la retaliation, o un gran operativo de Relaciones Internacionales con países con los que existe un buen diálogo. 

Lo que sí es imprescindible comprender es que debemos alejarnos de encantadores que seduzcan nuestras posiciones para que se pierda soberanía, evadir a los auto-titulados intelectuales y eruditos, que son solo entreguistas de territorio, o bien de los que trabajen sobre que si no se entrega esa porción de territorio como ellos propugnan devendrá la guerra. Toda esa mala experiencia ya la sufrimos en 1984.

A la vez hoy con más medios de comunicación y tecnología es importante utilizar estas herramientas y comprender los argumentos, las estrategias y el camino al que nos quiere llevar Chile. Ya lo hizo una vez, nos engañó con una “mediación” que conforme sus expresiones iría a ser imparcial, y que de imparcial no tuvo nada. 

Es hora de elevar este debate a la opinión pública y prestar atención a como se va gestando este diferendo, que por seguro durará meses. Y el desenlace dependerá que Argentina no caiga dos veces en el mismo error. 

 

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