UN ADIÓS, UN HASTA PRONTO
Hoy hacemos una pausa en nuestra cotidiana rutina de escribir en tercera persona, sobre lo que nos acontece, para referirnos al gremio y la actividad que nos reúne: el periodismo y despedir desde este espacio a un gran amigo: Miguel Machesich. (Foto: Miguel Machesich junto a Mirta Prado con quien compartió años de trabajo en la Dirección de Prensa Provincial)
Queremos decirte hasta pronto y reconocerte en ese oficio diario de hacer de la crónica diaria, tu modo de expresión, desde la Dirección de Prensa de la provincia de Chubut que te cobijó y que también supiste dirigir
Amante de las historias simples, Miguel supo retratar en cuanto trabajo y acción que llevo a cabo, los aspectos simples de la vida, esos que le dan sabor y la convierten en atractiva y seductora.
Se nos fue, allá en Buenos Aires, peleando por su salud en este duro 2020 que nos ha atormentado con tantas noticias tristes. Lo hizo rodeado de sus hijos que lo acompañaron siempre en la dura pelea.
La sola mención en los medios, este mediodía, respecto de su paso a otra dimensión, disparó, rápidamente, el reconocimiento de toda la comunidad y claro está, de sus colegas con los cuales durante tantos años compartió la noticia diaria.
Desde ese sitio del área de prensa, fue testigo de todo tipo de toma de decisiones y acciones de gobierno y las reflejó y documentó en miles de crónicas. Sin saberlo se fue constituyendo en un privilegiado actor de la historia institucional chubutense.
Los medios gráficos y radiales también supieron de su talento y vocación periodística, ya sea con la redacción de suplementos especiales para cada aniversario de la ciudad capital o bien reflejando en reportajes a tantos hombres y mujeres.
Su interés por Rawson, la ciudad que lo cobijó proveniente de Quemú Quemú en La Pampa, quedó evidenciando en múltiples participaciones en varias instituciones. Es el caso de Bomberos Voluntarios, o la Asociación de Amigos de la Biblioteca Bernardo Vacchina y más recientemente, la Biblioteca Popular Asencio Abeijón.
Además, le puso su pluma y minucioso trabajo de recopilación a varios libros de protagonistas locales, colaborando en la redacción de esas publicaciones, con el único objetivo de que esas historias se inmortalizaran y quedaran plasmadas para el recuerdo de las próximas generaciones.
Le decimos hasta pronto a Miguel, lo recordaremos con su perfil bajo, su actitud prudente y su actitud afable como su predisposición a respaldar cuanta expresión de cultura se presentara.
Nos queda su sonrisa permanente, su compañerismo y la calidez de sus acciones. Aquí no hay punto y aparte, sino un hasta siempre.
Raúl Demetrio González
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