Los actores sociales, tan necesarios en el quehacer político del día a día, emergen en la necesidad de ser escuchados, y forman parte del cotidiano indispensable para llevar adelante políticas públicas que den respuesta a las necesidades ciudadanas. Hoy, en breves líneas, escuchamos a Andrea Caripán, quien desde Madryn, nos cuenta sobre su trabajo social de más de una década y su mirada política social, frente a la situación de pandemia.
Andrea Caripan nació en la ciudad de Esquel, es una mujer trans, agradecida del recibimiento que le brindó Puerto Madryn, donde hoy se desarrolla profesionalmente en el salón de peluquería que montó 11 años atrás; y que hace las veces de un espacio social solidario, dedicado a sacar de la calles a jóvenes, asistir a personas con prendas de vestir; y hasta sirvió –antes de la pandemia- como espacio de reuniones para conversar de política.
Atrás quedaron los tiempos de discriminación sufridos en su ciudad natal, en momentos donde las políticas públicas a nivel país, aún no contaban con el avance con que hoy las conocemos.
En medio de ese panorama, Andrea se abrió paso. Por su sexualidad, condición económica y la falta de estudios -en su momento-, fue objeto de discriminación. Partió de Esquel en busca de nuevos horizontes y llegó a Buenos Aires. Se perfeccionó en Peluquería y a los 19 años volvió a Chubut y se radicó en la ciudad del Golfo Nuevo.
“Madryn siempre fue una ciudad que me dio la dignidad, un nombre –dice-, al ser yo hoy conocida y pública. Soy una persona de bien que siempre he trabajado y he estado al servicio de lo social y solidario, ayudando a quienes necesitan a través de mi trabajo y militancia política perteneciente a la UCR”
Así lo cuenta Andrea a Política Chubut, quien desde su Salón de Belleza trabaja formando a jóvenes que se acercan para pedirle aprender el oficio y forjarse un futuro mejor, además de ser la peluquería, su economía de vida.
“Fui llevando mi trabajo hacia lo solidario, yendo a barrios, hogares de ancianos. Sin querer ya pasó una década en que me dediqué a sacar a chicos de la calle” dice, y también a algunas mujeres, de la prostitución.
Pero las cosas no fueron tan sencillas como se pueden describir en dos líneas. Andrea hoy logró su objetivo de salir adelante con una profesión que le brinda satisfacciones, oportunidades que en otro tiempo no tuvo. Y dice: “recuerdo que en una ocasión, hace muchos años, en una estación de servicio –de Esquel-, compré una hamburguesa y me senté a comer en el lugar. Vino la empleada con lágrimas en los ojos a decirme que no podía quedarme a comer ahí, porque al dueño no le caía bien, por mi sexualidad”.
Otro día, “en una confitería, compré una milanesa y me disponía a almorzar. Cuando estaba por comer vienen y me retiran el plato; me piden que me retire, y sin devolverme el dinero que había pagado, tuve que salir del lugar”
Situaciones similares se repitieron a lo largo de los años, pero hoy Andrea vive otra realidad. Hace 20 años que reside en Madryn, ciudad que adoptó con cariño y que defiende orgullosa, cada vez que tiene oportunidad.
Ya en esta ciudad, se dedicó a la peluquería. Un día llegó al salón una joven dedicada a la prostitución. Hoy, transformada en su colega de profesión, “me agradece que le haya enseñado el oficio y siempre recuerdo el día que me dijo, gracias a lo que me enseñaste, ahora voy a poder ejercer mi profesión y ser una persona limpia. Y eso me marcó. A partir de ahí, comencé mi trabajo social y estoy orgullosa de haber enseñado desde el corazón, y desde la solidaridad, a muchos chicos”.
"Me dijo, gracias a lo que me enseñaste, ahora voy a poder ejercer mi profesión y ser una persona limpia. Y eso me marcó".
“La peluquería es una partecita de acción social”, cuenta. “Tengo ropero comunitario; para el día del niño armo mix de golosinas –unos 300 paquetes aproximadamente-, llevo adelante un programa de maratón de cortes solidario también”.
Después de 11 años de trabajo, 18 peluqueros se formaron en el programa social y solidario que lleva adelante. “Hoy, me da mucha satisfacción verlos ejerciendo la profesión, con sus familias e hijos” dice orgullosa, y asegura que “ellos, necesitaban una oportunidad “.
Pero Andrea, no solo se dedicó al oficio de peluquería, al área social y solidaria, sino que también incursionó en reuniones políticas, formando un grupo denominado RIM- Radicalismo Independiente Madryn-, dentro del espacio de la UCR
Política y pandemia: la necesidad de diálogo y consenso
Consultada por su mirada respecto a los cambios que se necesitan para avanzar hacia una sociedad más igualitaria, atravesada por la pandemia, Andrea hace hincapié en la necesidad de llevar adelante políticas públicas relacionadas a la diversidad de género. Convencida que el camino es el diálogo, desprendido de ideologías extremas, señala que es necesario acompañar a los gobiernos “cuando se trabaja bien; y cuando hay errores, hay que marcarlos, pero de buena manera y que sea algo consensuado”
Sumidos en medio de una pandemia “esto era algo que nadie se lo esperaba. Un virus que no conocemos; desconocido incluso para los investigadores que están dedicados al tema” lamenta.
Es necesario acompañar a los gobiernos “cuando se trabaja bien; y cuando hay errores, hay que marcarlos, pero de buena manera y que sea algo consensuado”
“Creo que tenemos que ir acostumbrándonos y cambiar nuestros hábitos para poder llegar a buen puerto con esta situación que estamos viviendo y que ha perjudicado mucho, tanto a las familias como a los comercios, al turismo y a la economía en general”.
Observando la realidad, señala que “en pandemia, se ven muchas miserias humanas. Me ha tocado conciliar a personas que han querido desalojar a inquilinos” en medio de la cuarentena.
“La pandemia ha dejado cosas al descubierto, como la violencia de género, la homofobia, el abandono. Cuando uno ve estas cosas se da cuenta del trabajo que cada uno tiene que realizar, y creo que cada político debe implementar más políticas públicas, ideas y proyectos para que podamos todos salir airosamente, y bien, de lo que estamos viviendo. Sueño con que en algún momento esto se termine; que podamos estar nuevamente reunidos con nuestros seres queridos, y disfrutar la vida. Quizás esto sea una buena experiencia para enseñarnos a revalorizar un montón de cosas que, quizás en algún momento, nos hemos olvidado”.
Sueño con que en algún momento esto se termine; que podamos estar nuevamente reunidos con nuestros seres queridos, y disfrutar la vida.
De todos modos, Andrea echa una mirada hacia atrás y expresa: “esta pandemia nos trajo una realidad que nosotros ya veníamos arrastrando durante muchos años, de gobiernos que quizás no supieron entender al votante o al ciudadano común. Arrastra ahora problemas de desocupación, económicos, cierre de mercados, comercios, y únicos sustentos de familia”
Al comienzo de la cuarentena, “fui la primera en salir a reclamar el derecho a seguir trabajando en la peluquería, lo hice de una manera humana, porque sé la situación de muchos peluqueros que viven día a día” expresa.
Más allá de la situación que mantiene al mundo en vilo, Andrea dice que “en todo, no podemos echarle la culpa a la pandemia. Las culpas son un poco de cada uno”, y manifiesta la necesidad de avanzar en políticas públicas de inclusión, recalcando que es necesario rever la situación que se vive en los ámbitos de educación, seguridad y salud.
“En todo, no podemos echarle la culpa a la pandemia. Las culpas son un poco de cada uno”
La pandemia vino a reclamar unidad y no divisiones, y Andrea apunta a eso cuando dice: “de esto se sale siendo más consensuado todo, teniendo más empatía para poder salir de a poco, y en conjunto trabajar en equipo para que podamos buscar una solución, o al menos que sea una salida menos dolorosa y no traumática para muchos”, no olvidando las ideologías, pero no confrontando en la búsqueda de soluciones.
“La realidad de nuestro país es compleja. Soy creyente, y confió que en algún momento nuestro país va a estar de pie nuevamente” concluye.
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