Lo confirmó el presidente Fernández, quien reiteró el deseo de conformar un consejo que durante 60 días lo asesore sobre reformas que incluirían a la Corte y el Consejo de la Magistratura. Criticó la figura del arrepentido.
Ya lo hizo otras veces, pero esta vez afirman que va en serio. Y el que lo afirma -sin hacer referencia a sus anteriores anuncios en el mismo sentido- es el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien confirmó este domingo que el Gobierno mandará el proyecto de reforma judicial esta semana.
¿En qué consiste?
“En la Ciudad de Buenos Aires, como consecuencia del cambio de Capital Federal a la Ciudad Autónoma, lo que se llaman competencias ordinarias deben pasar a la Ciudad de Buenos aires y yo me propuse hacer un reordenamiento de todo el sistema de la Justicia Federal”, explicó el presidente a Página 12. Según el mandatario, será “un reordenamiento que va mucho más allá de Comodoro Py. Es un cambio en toda la justicia federal nacional con el propósito de que eso funcione bien”.
El presidente afirmó que el proyecto es “tan ambicioso como necesario”. La reforma, dijo, “tiene una ley que ordena a la justicia federal de todo el país para que empiece a funcionar de otra manera, con más tribunales, más fiscalías, más defensorías, más tribunales orales”.
“Es una ley muy ambiciosa que implica reconstruir el fuero federal y además avanzar en el traspaso de la justicia ordinaria a la justicia de la Ciudad, que es algo que está pendiente”, agregó el primer mandatario, que reconoció que hay una serie de problemas a abordar.
Y en ese sentido le apuntó a la Corte Suprema y se preguntó si para lograr un mejor funcionamiento debería ampliar o no la cantidad de jueces o dividirlos en salas, por ejemplo. También le apuntó al Consejo de la Magistratura, al Ministerio Público, el Ministerio de la Defensa, y hasta se preguntó si se pondrá en marcha el juicio por jurados de una vez por todas.
“Todo eso va a ser objeto de análisis en un consejo que me asesore durante 60 días”, anticipó.
Respecto del juicio por jurados, confesó que era muy “resistente” a su implementación, pero admitió que la experiencia le fue demostrando que “los jueces también son muy influidos por los medios y por el contexto”, ante lo cual considera ahora que “es muchomás difícil influir a doce personas que a una y por ahí el juicio por jurados es una solución”.
Por otra parte deslizó la posibilidad de revisar la figura del arrepentido, ley con la que afirmó no haber estado “nunca de acuerdo”. “El concepto del arrepentido es en el Derecho Penal el confeso. No hacía falta crear una figura del arrepentimiento. Hay gente que genuinamente se arrepiente y confiesa su delito. El sistema del arrepentido puede generar una enorme perversión de incentivar a alguien a decir lo que no ocurre tan solo para poder sentirse liberado”, señaló. Fuente Parlamentario.com
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