Unos 14 millones de alumnos y miles de docentes y padres transitan desde hace casi dos meses un proceso de educación a distancia forzada ante la irrupción de la pandemia del coronavirus, una situación inédita para los maestros "que deben replantearse las oportunidades que le dieron a los alumnos en este período y buscar caminos alternativos" a la hora de evaluarlos, según especialistas.
La evaluación se torna más compleja con aquellos alumnos que viven en contextos de vulnerabilidad social, en donde "el 30% del alumnado no está pudiendo sostener la continuidad pedagógica que la escuela les propone", dijo a Télam Luciana Alonso directora de la red Eutopía, conformada por 32 escuelas de la Ciudad de Buenos Aires.
Desde el Ministerio de Educación, aseguran que la escuela no debe recurrir a la nota numérica tradicional, sino acompañar al alumno en este proceso.
Para Victoria Zorroaquin. ex titular del programa de formación docente continua bonaerense y directora de la ONG Educere, que trabaja con escuelas rurales, "hay que diferenciar la evaluación de la calificación, hoy el docente necesita primero autoevaluarse y ver como está impactando lo que enseña en sus alumnos".
En este aspecto explicó que "no hay manera de enseñar sin cotejar, es decir que eso que está siendo enseñado sea aprendido, para lo cual debe haber una referencia desde el otro lado, de que este proceso esta sucediendo sino es caminar con los ojos vendados" .
Zorroaquín aseguró que la buena noticia en todo esto "es que los mismos docentes se están dando cuenta qué alumno se conecta, quién no, quién se queda más atrás y cómo ofrecer una alternativa"
"Hay casos de docentes que tiene el 80% de sus alumnos conectados, otros el 10% y otros ningún alumno conectado, entonces cómo vamos a evaluar, si un chico no sigue la actividad no se lo puede evaluar ni calificar, por lo que se requiere una autoevaluación del maestro para cambiar la forma de enseñar", dijo la especialista.
Propuso en este aspecto "que todos los integrantes de la comunidad educativa se involucren y colaboren, que los mismos alumnos se evalúen entre si, o que alumnos de otros grados superiores produzcan videos. Es una tarea titánica, pero la situación exige que se mire la enseñanza desde otro lado".
La incertidumbre de no saber cuándo volverán las clases presenciales dificulta también pensar en evaluaciones. La cartera educativa nacional aseguró que "un escenario realista es que se vuelve a a las aulas luego de las vacaciones de invierno aunque no será la misma escuela que era antes".
Lograr consensos en este aspecto "es fundamental" aseguran voceros de Educación que detallaron que "se está analizando todas las alternativas y trabajando en la creación de esquemas escalonados" y adelantaron que se priorizará el regreso de los estudiantes que están terminando un ciclo o los que están empezando el proceso de alfabetización".
La Ciudad de Buenos Aires adelantó por su parte que continuará con el esquema de educación virtual al menos hasta el 30 de junio.
"Los docentes se fueron dando cuenta que no podían sobre cargar a los chicos de tareas porque sino tenían que corregir el doble de trabajos en menos tiempo, entonces fueron cambiando ellos mismos las formas de enseñar y esto es algo maravilloso", aseguró Zorroaquín.
"La evaluación siempre será conflictiva, porque significa poner el foco en la acreditación pero pensemos en lo básico, lo que no pueda dejar de estar, que no es lo mismo que lo mínimo. Si o si se tiene que saber si el alumno aprendió para que pueda pasar de un curso al otro", destacó Priero.
"Es necesario ofrecer a los estudiantes preguntas poderosas que tengan que ver por ejemplo con las consecuencias de la pandemia abordadas desde diversas áreas curriculares" dijo Alonso y destacó que esta tiene que ser una oportunidad para lograr "un cambio de las prácticas de enseñanza, un modo distinto del uso del tiempo y del espacio".
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