El 4 de diciembre de 1999 el Área Natural Protegida provincial recibió el galardón de la UNESCO por contar con “hábitats naturales significativos para la conservación de especies amenazadas, de valor universal excepcional”.
El próximo miércoles 4 de diciembre el Área Natural Protegida Península Valdés cumple 20 años como Patrimonio Natural de la Humanidad de la UNESCO. “Alberga hábitats naturales muy importantes y significativos para la conservación de especies amenazadas, de valor universal excepcional, en especial la concentración de crías de ballenas francas australes, una especie en peligro de extinción”, señala el texto de 1999 de la organización internacional que justificó el galardón.
Para celebrar el aniversario, el Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas –que encabeza Néstor Garcia– organizó un acto el jueves 5 de diciembrepróximo en la Unidad Operativa Punta Norte, cuyo Centro de Visitantes será inaugurado ese día con el nombre de “Antonio Torrejón”, en homenaje a quien encabezó en 1998 la postulación para obtener el galardón al año siguiente. En el acto se reconocerá también a los redactores y gestores del proyecto de declaración del Patrimonio: Maricel Giaccardi, Cecilia Torrejón, Alicia Tagliorette, al propio Garcia y al fallecido Pedro Neiff; así como se reconocerá al fotógrafo Alberto Patrian. También se firmarán diversos convenios y se entregarán agradecimientos a guardafaunas y a personal de la Administración de Península Valdés.
“En 1988 éramos un equipo de trabajo chico que comenzó con un sueño liderado por el empuje de Antonio Torrejón: pensar que Península Valdés podía tener mucha más relevancia y trascendencia internacional de la que en ese momento tenía a nivel nacional. El grupo tuvo un gran contacto en el gobierno nacional con Pedro Neiff, que era el Director de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Turismo de la Nación, quien nos iba asesorando permanentemente. El viajó a París a presentar la candidatura en la UNESCO. Teníamos esperanzas por las bondades de Península Valdés, pero no podíamos creer que un área provincial de la Patagonia pudiera quedar por delante de un montón de parques nacionales y reservas de diversos países”, recordó el Ministro Garcia.
“Cuando recibimos la nominación fue una explosión de alegría, fue tocar el cielo con las manos. Era inédito que un grupo tan chico de trabajo de un Área Natural Protegida provincial pudiera lograr el galardón de Patrimonio Natural de la Humanidad. Hoy los atractivos y las particularidades de Península Valdés son famosas a nivel mundial, pero en aquel momento era diferente. Península Valdés se convirtió en el tercer Patrimonio Natural de la Humanidad de la Argentina, después de los parques nacionales Los Glaciares e Iguazú. Y hoy Chubut, con el Parque Nacional Los Alerces galardonado en 2017, es la única provincia que cuenta con dos, sobre un total de cinco en todo el país”, agregó Garcia.
Creada en 1983 como reserva provincial, el ANP Península Valdés cubre un total de 887 mil hectáreas marinas y terrestres. La mayor parte de ellas son propiedades privadas y el ingreso del público está restringido a las unidades operativas: Centro de Visitantes Istmo Carlos Ameghino, Isla de los Pájaros, Punta Norte, Caleta Valdés, Punta Delgada y Punta Pirámide.
Entre los atributos que justificaron su inscripción como Patrimonio Mundial se destacan su característica de “isla continental” con una diversidad biológica “sobresaliente a nivel regional” y una prioridad de conservación de máximo nivel. “ Es uno de los principales sitios de la costa patagónica en relación a diversidad y abundancia de fauna marina, con una gran variedad de ambientes costeros adecuados para la reproducción y alimentación de numerosas especies de mamíferos y aves marinas y costeras”, explica la justificación.
El texto de la UNESCO destaca la condición de “vulnerable” de la Ballena Franca Austral, el desarrollo de la técnica de varamiento intencional de las orcas para alimentarse como algo singular en el mundo y la presencia de la única colonia reproductora de Elefantes Marinos del Sur de la región, así como una población de Lobos Marinos de un Pelo que entonces mostraba un incremento sostenido en el tiempo y ya era una importante atracción turística. Sus ambientes costeros y sus humedales de concentración de especies migratorias también lo definían como un espacio singular, así como la presencia de especies endémicas de la Argentina, como la mara y el pato vapor cabeza blanca.
“Los ecosistemas de la Península Valdés contienen importantes y representativos hábitats naturales donde sobreviven especies animales que poseen una valor universal desde el punto de vista científico y de conservación. Por las particulares características naturales de esta porción de tierra y costa patagónica le otorgan un comportamiento similar al de una isla”, se explica. Asimismo se destacan los ambientes costeros con formaciones singulares, que conforman un espacio generador de “una demanda turística nacional e internacional en continuo crecimiento”.
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