REFLEXIÓN EN EL DÍA DEL MAESTRO
Así lo entendieron los hombres que lograron proyectar a sus naciones a niveles impensados. Pero yendo mucho más allá de las palabras: transformándolas en acción.
En contextos de crisis económica, se piensa generalmente que el problema de base son los recursos naturales. Pero no: desde el comienzo de los tiempos, el déficit está en la formación humana, en las capacidades que los hombres pueden potenciar para desarrollar la explotación de los recursos materiales que los rodean.
Seguir viviendo, permanecer, sin entender que cultivar el alma del hombre, educar, es honrar la vida, es condenarse a la peor de las miserias.
En este Día del Maestro Argentino debemos hacer votos por trasponer enérgicamente el orden de prioridades. La Educación es la verdadera madre del progreso.
Postulemos un urgente cambio de prelación en el catálogo de las crisis argentinas, poniendo a la cabeza la única que con su eliminación, puede automáticamente llevarnos a superar a las demás: la crisis educativa.
Reconstruyendo las escuelas taperas, fundando nuevos ámbitos, manteniéndolos ediliciamente como se debe.
Y reconociendo -definitivamente- que los docentes no están para ser cuestionados, ni apaleados en rutas o caminos, sino para ser asistidos materialmente de la forma más digna que su indispensable rol merece.
Si es como dijo Nelson Mandela, que “la Educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo”, indefectiblemente es por allí donde se debe empezar, para cambiar a un país.
Alfredo González Luenzo
Senador por Chubut
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