El acto fue encabezado por el gobernador Mariano Arcioni y el intendente Ricardo Sastre. Durante el homenaje al desembarco de los primeros colonos galeses a bordo del Velero Mimosa, fueron reconocidos vecinos y vecinas de la ciudad, quienes por su trayectoria y compromiso social hicieron de esta una mejor comunidad.
El broche de oro fue la presentación de “Philharmonie Ensamble” y su propuesta de “pop sinfónico” que deleitó a los presentes con un show inolvidable.
Como cada año, Puerto Madryn festeja un nuevo aniversario recordando aquella gesta de 1865, el desembarco de aquel contingente de intrépidos colonos galeses que llegaron un 28 de julio. Valientes que se atrevieron a habitar tierras y experiencias nuevas gestaron un vínculo tan impensado entonces como estoico e inalterable con la nación que los vio llegar. Por la actitud valerosa de quienes habitaban estas tierras, fue posible hace 154 años acunar el sueño de fundar una ciudad y caminar desde entonces sus calles y su historia.
En el Palacio Junior del Club Social y Deportivo Madryn, donde se desarrolló el acto, estuvieron presentes la viceintendenta Xenia Gabella; funcionarios provinciales y municipales, concejales y legisladores provinciales, representantes de colectividades y autoridades de las Fuerzas Armadas y de Seguridad con asiento en la ciudad y la zona, intendentes de distintas localidades de Chubut e integrantes de entidades sociales, culturales, gremiales, empresarias y vecinales.
EL DISCURSO
“Hoy es un día muy especial. Lo ha sido siempre al celebrar cada cumpleaños de mi ciudad, porque sin querer y, queriendo repasábamos el paso a paso de lo que íbamos logrando cada año y, que hoy y a la distancia sabemos que fue mucho.
Claro, que estoy seguro hubieran sido esfuerzos vanos si por delante de mí no hubiese corrido la fuerza arrasadora de un pueblo que eligió ser el protagonista de su propio destino.
Han sido ustedes, integrantes de esta comunidad respetuosa y solidaria a quien he destinado el más grande de todos mis esfuerzos.
Es este para mí, un aniversario especial. Un emocionado acto el que sabía, tarde o temprano iba a llegar.
El tiempo transcurre sigiloso, susurrando para que no lo veamos ni lo escuchemos.
Pero su paso es inexorable.
Uno sabe hacia qué día camina y piensa que ese camino será tan largo que ese día nunca llegará.
El tiempo transcurre sigiloso y susurrando y por eso tal vez sin darme cuenta estoy hoy aquí, presidiendo el acto de aniversario de nuestra ciudad por última vez como intendente.
Aún con las tempestades que a veces tuvimos que enfrentar, quisiera volver el tiempo atrás y empezar de nuevo.
Y no es esto el deseo de entronizarme en un cargo, volverlo vitalicio o interminable.
No sería bueno ni para ustedes ni para mi.
Es el deseo que siento hoy con los resultados de este camino que hemos recorrido juntos para que la ciudad tenga una transformación que necesitaba, ese salto de calidad que percibimos, esa vida digna que merecemos.
De todas maneras no me resultaría grato hacerme dueño de estos logros.
Solo me siento haber sido el conductor que ustedes eligieron para acompañarlos en la concreción de sus sueños.
Alguien dijo que estos cargos son ocupados por hombre y mujeres comunes, con responsabilidades diferentes.
Y eso es lo que he pretendido ser durante todos estos años.
Un hombre común, con más responsabilidades.
Me sentí absolutamente responsable tanto de mis actos como de mis sentimientos.
Siempre tuve la franqueza de explicar las cosas cuidadosamente, con la verdad.
Para que las respuestas no fueran más lejos de lo que mis vecinos deseaban oír.
Porque entonces habría caído en la demagogia inútil, en prometer sin cumplir, en decir pero no hacer.
No voy a hacer de este discurso mi propia evaluación.
De eso se encargará la historia. Y mis vecinos que son una parte grande de esa historia.
Sólo quiero que le permitan a este habitante de esta tierra, con estas cortas palabras, llegar al corazón de todos, como todos han llegado a mi corazón.
Decirles gracias por haberme acompañado tan de cerca y de manera tan efectiva para el desarrollo de esta ciudad.
Gracias por el entusiasmo y la dedicación, por su apertura a los cambios, por sus aportes, por secundarme en tantas ideas, propuestas y proyectos que pretendieron cambiarle la cara a puerto Madryn.
Hoy vemos que todo eso se ha realizado y que serán los pilares sobre los que se seguirán apoyando quienes llegarán para darle continuidad al crecimiento.
Y sobre todo a la esperanza, esa saludable costumbre que hace algunos años habíamos perdido.
Dije que todos los plazos se vencen. Y hoy llegó el momento de despedirme, al menos de este acto tan caro a nuestros sentimientos y a nuestra historia.
Nada hubiera sido posible sin aquella magnífica epopeya que al igual que esta ciudad tuvo al mar como principal protagonista del comienzo de todo.
Pioneros que como he dicho en cada unos de mis discursos, desafiaron corrientes embravecidas, un desembarco en tierras agrietadas y desconocidas para transformar su amarga realidad peregrina en lo que más buscaban: su libertad.
Así lucharon, así fueron creciendo y así lograron alcanzar la comunión de dos culturas distintas.
Así lograron lo que vinieron a buscar: la paz.
Dije que todos los plazos se cumplen y que hoy llegó el momento de despedirme.
No me voy lejos, es verdad.
Encararé en unos meses otro desafío porque así está hecha mi vida.
Un desafío tan importante como el que asumí el 10 de diciembre de 2011.
Sólo que tendrá otros y más protagonistas. Trabajaremos juntos para seguir peleando por la provincia que soñamos.
De la misma manera que luché para lograr el madryn que soñé.
Sé perfectamente que hay cosas que pudimos hacer mejor. Incluso que quisimos y no pudimos hacer, tanto por tiempo como por recursos.
Este hermoso sistema de la democracia quiso que sea Gustavo, mi hermano, quien continúe esa tarea. No es esta una cuestión de herencia. Porque en general, en las herencias se dirimen cuestiones materiales. Y esto pasa por otro lado.
No porque yo sea su antecesor, Gustavo será quien tenga el enorme privilegio de ser el intendente de esta ciudad a partir del 10 de diciembre. Hubiera sido lo mismo con cualquier otro que hoy ocupe este lugar. Porque sus sentimientos y su corazón siempre estuvieron puestos en ver a un Madryn distinto, ver a un Madryn ser y crecer.
Estoy seguro que, en la continuidad de un trabajo que siempre acompañaste, lo vas a lograr.
Me voy tranquilo y optimista en relación al futuro.
Conozco del compromiso de una ciudad que en ese salto de calidad del que hablé al principio entendió lo que era urgente y lo que era necesario.
Tenemos la satisfacción de caminar barrios que hoy están distintos. De haber llegado con soluciones, de mejorarlos.
Una ciudad se construye así, con voluntad y convicción.
Con la mayor energía. Y con la unidad. Sobre todo con la unidad.
Querido pueblo de Madryn:
Con toda humildad voy a pedirles que no permitan que en épocas difíciles la rutina, el conformismo o el desaliento entren en su diario vivir.
Por el contrario, demos entre todos la lucha por mantener el espíritu de innovación y el entusiasmo que nos caracteriza y que ha sido el motor del desarrollo alcanzado en esto tiempo.
Mi agradecimiento a todos quienes a través de estos inolvidables años me han acompañado desde la misma vereda. Gracias por entender. Por sentir las cosas de igual manera.
Mi agradecimiento también a quienes desde la vereda política de enfrente han defendido sus convicciones con la misma pasión con la que hemos defendido las nuestras.
Podemos y debemos discutir sobre la mejor forma de abordar los problemas. Pero nunca negarlos. Eso traicionaría nuestras propias convicciones.
Amigos concejales, dirigentes de otros partidos: a ustedes también gracias por entender. Por sentir las cosas de igual manera.
Y el agradecimiento a quienes nos han dado su voto de confianza para ser ocho años intendente de esta ciudad, pero a la vez han renovado su esperanza y acompañamiento para que este modelo político continúe haciendo de Madryn la más linda.
Por último, una pequeña licencia:
Las familias de quienes sentimos a la política como un servicio y no como un privilegio, pagan un alto costo por ello.
Muchos de ustedes que están aquí lo saben. Mis secretarios del ejecutivo municipal, subsecretarios, coordinadores, hasta los directores de cada área del municipio, mis secretarios privados, empleados de carrera de la municipalidad que se pusieron la camiseta de la pasión por lo que hacemos.
En algún momento sentí una enorme tristeza por cosas que les habían pasado.
Pero no lograron quebrar mi voluntad de continuar las peleas que me habían puesto por delante.
Quizá ese egoísmo me hizo sentir más pequeño ante quienes más amo en este mundo.
Pero no hay que doblegarse porque entonces será el mal el que ganará la batalla.
Siempre quisimos con mi familia devolverle a Madryn algo de lo que nos dio. Acá nacimos, nos criamos, seguimos creciendo, y sin lugar a dudas es el lugar en el que nos vamos a morir, en el que van a formarse nuestros hijos y nuestros nietos.
Gracias, querida familia.
Gracias al equipo. Al que está hoy, a quienes estuvieron.
Y gracias a mis amigos. A los que hoy me acompañan y acompañaron.
Nada más. Feliz aniversario.
Perdón por todo lo que no pude hacer.
Gracias por todo lo que hicieron”.
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