CONTRA LA LEGALIZACIÓN DEL ABORTO
Miles de personas que se oponen a la legalización del aborto marcharon este sábado entre los barrios porteños de Palermo y Recoleta y en varias provincias con pañuelos y cotillón celeste para expresar su rechazo a las normas y políticas que podrían garantizar la interrupción de un embarazo en forma legal.
La movilización principal, en la ciudad de Buenos Aires, comenzó cerca de las 15 desde una parroquia de la zona de Plaza Italia y terminó con un acto en la plaza Rubén Darío, ubicada junto a la Facultad de Derecho de la UBA.
Grupos de distintas parroquias del área metropolitana de Buenos Aires avanzaron en la marcha rezando el rosario y orando por los legisladores, mientras que junto a ellos avanzaban las columnas de partidos políticos como Bandera Vecinal, que estuvo encabezada por Alejandro Biondini, el Partido Segunda República, el Partido Demócrata Cristiano porteño, el Partido Celeste o el Partido Conservador Popular.
La movilización en la ciudad de Buenos Aires fue la más importante de todas las que tuvieron lugar en esta jornada en el país, con manifestaciones en Salta, Corrientes, Paraná, Necochea, con motivo del Día del Niño por Nacer que se celebra el 25 de marzo, mientras en Córdoba la movilización se realizará ese lunes.
Todos los grupos que participaban de la convocatoria distribuyeron volantes en los que les exigen a los diputados y senadores que voten en contra de cualquier iniciativa vinculada a la legalización del aborto y en rechazo al protocolo de Interrupción Legal del Embarazo.
La multitud con pañuelos, banderas, globos y cotillón celeste avanzó sobre las avenidas porteñas mientras cantaba consignas como "legal o ilegal el aborto mata igual" y "salvemos las dos vidas", mientras que algunas de las banderas más grandes llevaban mensajes como "a restaurar la cristiandad" y "juicio y castigo a los aborteros".
Otras banderas, rosa y celeste para diferenciar los géneros, llevaban consignas cómo "con mis hijos no te metas", "padres por la vida", "cárcel a los asesinos", "adopción es la opción" o "en 2019 yo voto por la vida y por la familia".
La movilización fue encabezada por un camión que animaba a los manifestantes y llevaba a adolescentes que traducían a lenguaje de señas las letras de las canciones en contra del aborto que sonaban por los parlantes.
Detrás de ese camión, un trailer transportaba al muñeco gigante que representa a un feto en gestación -bautizado como "Alma"- y al que los manifestantes saludaban con aplausos y con el que se sacaban selfies.
También hubo en la marcha organizaciones de boy scouts y de veteranos de guerra de Malvinas junto a grupos de profesionales como "Médicos por la vida", "Abogados por la vida" o "Estudiantes Universitarios por la vida".
En el escenario montado en la plaza Rubén Darío se proyectaron videos de distintas etapas del debate sobre el aborto en el Congreso del año pasado y cada expresión en contra de la legalización era vivada con fervor mientras que las intervenciones de los legisladores a favor de la iniciativa fueron repudiadas.
El diputado nacional Jorge Enríquez participó de la movilización y dijo que "ha sido una jornada jubilosa, en la que hemos ratificado nuestro compromiso por defender la vida desde la concepción con el inclaudicable propósito de salvar las dos vidas".
"Lo que más me alegra es la enorme cantidad de jóvenes que se han congregado espontáneamente en paz, sin agresiones, con la mano tendida a todos pero también con inquebrantable firmeza en los valores esenciales que surgen de la dignidad humana, esperamos que la causa de la vida siga siendo la piedra basal de nuestra convivencia social", finalizó Enríquez.
Con motivo de este evento, la exdiputada nacional Cynthia Hotton viajó desde Washington, donde se desempeña como ministro permanente de la misión argentina ante la Organización de los Estados Americanos, para formar parte de la movilización, e impulsar una lista de unidad para “los celestes”.
“¿Desde cuándo matar a los seres humanos más vulnerables se convirtió en la mejor opción? Nadie debiera poder decidir sobre la muerte de otro ser humano. No podemos permitir que el Estado lo decida. Mucho menos que lo decida según ‘lo que pide cierto público”, manifestó.
Hotton añadió: “No podemos permitir que se escriban leyes y diseñen políticas para aplacar la furia de quienes gritan más fuerte desde la caprichosa comodidad de sus smartphones o sus escritorios costeados por multinacionales. Es un ruido que no hace más que tapar las voces débiles de quienes sufren los problemas más profundos y urgentes. Y que ya se está cobrando vidas inocentes”.
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