El empresario, que convivía con problemas de salud desde hace meses, falleció a las 21 horas en su casa.
El reconocido empresario Franco Macri, padre del presidente de la Nación, murió en la noche de este sábado en su casa de Barrio Parque.
Ocurrió a las 21 horas, según confirmaron fuentes del Gobierno. El padre de Mauricio Macri, de 88 años, convivía con problemas de salud desde hace meses.
El presidente Mauricio Macri había viajado a San Martín de los Andes por el fin de semana largo.
Nacido en Roma, Italia, en 1930, Franco Macri lideró el Grupo Macri-SOCMA, uno de los holdings más poderosos de la Argentina.
A los 18 años, sin tener manejo del castellano, viajó a Argentina con dos hermanos. Allí trabajó como asistente de un ingeniero civil, también italiano.
En 1951, tres años después años de haber llegado a Buenos Aires, fundó una empresa constructora. Más tarde sería Sideco Americana, una referencia del Grupo Macri.
También incursionó con éxito en diferentes rubros: la industria automotriz (Sevel), los vuelos aéreos (Macair Jet), sistemas de cobros (Pago Fácil) y la recolección de basura (Manliba).
Además, se encargó de profundizar las relaciones comerciales entre Argentina y China.
En 2006 fue designado por la Asociación para la Promoción y el Desarrollo Industrial de la República China en el Mundo como Consejero para inversiones en América Latina.
De "la nada" a exitoso empresario
A lo largo de casi sesenta años creó y manejó más de cien empresas. Muchas fueron un éxito y otras un desastre. Alternó en terrenos tan distintos como la construcción, la fabricación y venta de automóviles, el correo, los residuos, el capital financiero, la obra pública o los electrodomésticos, y supo adaptar sus sueños y ambiciones, sus éxitos y fracasos, sus esperanzas y decepciones según los vientos que soplaran en un país en el que soplaron vendavales y en el que en seis décadas pasó por todo: Estado presente, Estado ausente, economía abierta, economía cerrada, dictablandas, dictaduras, democracias esperanzadas, autoritarias, violentas, corruptas o estúpidas.
Muchas de sus empresas fueron originales, innovadoras, tomaron el pulso a una sociedad que cambiaba a veces por horas y ayudaron a modificar sus hábitos y costumbres: Movicom, por ejemplo, o Pago Fácil, o Autopistas del Sol. La muerte de Franco Macri, a los 88 años, hace descender el telón sobre una vida novelesca y casi de leyenda.
Franco Macri, que murió en la noche de este sábado en su casa de Barrio Parque, no fue un heredero. Llegó a la Argentina con una mano atrás y otra adelante y se hizo solo, entre luces y sombras, como solo construyó su imperio económico y empresarial.
El padre del presidente Mauricio Macri nació el 15 de abril de 1930 en Roma, en la zona del Lazio, el barrio que sueña con la aristocracia imperial en una Roma que siempre será de Alberto Sordi. Si el hombre es en gran parte la infancia que vivió, Franco Macri jamás pudo superar la separación de sus padres y cierto desinterés por su destino por parte de su madre: “Las heridas que dejó en mí la aparente facilidad con que mi madre me abandonó, primero en un colegio donde estuve pupilo, luego en la vida de Roma en época de guerra, no habían cicatrizado –confesó en su autobiografía– Si bien no estoy seguro de cómo afectó mi relación con las mujeres, no tengo duda de que lo hizo”.
Macri tenía nueve años al estallar la Segunda Guerra, quince cuando terminó y diecinueve cuando emprendió el viaje a la Argentina junto a su hermano Tonino, de catorce, y a su hermana más chica, María Pía. En Buenos Aires los esperaba su padre, Giorgio, que era accionista de SADOP (Sociedad Anónima de Dragado y Obras Portuarias) y fundador, en 1955, de la constructora Vimac. Si Franco se dedicó en sus primeros años en el país al duro oficio de peón de albañil, es un dato en discusión: no hay demasiados testimonios que certifiquen esas jornadas, salvo ciertos episodios de fervor juvenil en los andamios encalados, que el propio Franco difundió tal vez para mantener el mito en pie.
Franco estudió dos años de Ingeniería y abandonó los estudios por el trabajo. Fue su padre, Giorgio, quien en 1959 le prestó el capital para fundar Demaco, su primera empresa constructora especializada en la fabricación de casas baratas hasta que en aquel país que olía al petróleo que impulsaba el presidente Arturo Frondizi, Franco obtuvo la concesión de la primera gran obra pública de las muchas que se adjudicaría en los años por venir: la obra civil que acompañaba al tendido del gasoducto de AGIP, la empresa italiana ligada al ENI (Ente Nazionale de Idrocarburi).
La leyenda dice que Macri tuvo la visión de que esa era una obra de enorme importancia y la siguió metro a metro, pueblo a pueblo, con comidas al paso y en hoteles de colchones dudosos.
Casamientos e hijos
En una de esas paradas, en Tandil, conoció a Alicia Blanco Villegas y se casó con ella para poner fin a una época de tumultuosa soltería: “Éramos el llanto de la mayoría de las madres. Hacíamos honor a nuestra fama de donjuanes y para nada éramos candidatos deseables para maridos, lo que a nosotros nos parecía muy bien”. Tuvieron cuatro hijos: Mauricio, Sandra, Gianfranco0 y Mariano. El matrimonio se separó en 1980.
En los cinco años siguientes, Macri estuvo casado con la psicóloga Cristina Cressier, madre de Florencia, el quinto hijo de Franco. Luego el empresario se unió a Clara Bordeu, entre 1985 y 1989, a Evangelina Bompaola, entre 1989 y 1997, a Flavia Palmiero entre 1997 y 2000 y a Nuria Quintela. Los últimos años de su vida los pasó Macri en soledad: “Un hombre, sin una mujer al lado, no es nada. Hoy estoy solo y no me siento pleno”, dijo en febrero de 2009.
Sobre Mauricio Macri
Hace un año, pareció tender esos puentes nunca tardíos que los padres dirigen a los hijos como botellas al mar. Fue después de una grave crisis de salud, cuando el candidato Macri estaba en plena campaña. Dijo entonces a “La Nación”: “Mi relación con Mauricio es óptima. Si alguna vez hubo competencia, aunque nunca fue de forma manifiesta,, eso quedó atrás. He aprendido mucho de él con los años. Sus silencios dicen más que sus palabras. Y con ellos aprendí a reflexionar.” Tenía planes para alcanzar los 95 años: jugos naturales, mucha agua, nada de alcohol; exhibía un presupuesto de gastos e ingresos hasta el 2025; se ufanaba de haber planificado siempre su futuro. Y arriesgó: “Sobre todo, quiero disfrutar del éxito de Mauricio durante sus presidencias”
Dejanos tu comentario
Su comentario estará disponible a la brevedad.