• Miércoles, 01 de Mayo de 2024

El estrés: el depredador del siglo XXI


  • Jueves, 28 de Marzo de 2024

El reconocido especialista argentino Martín Lomardero profundizó en el vínculo entre las enfermedades cardíacas y los diferentes estados emocionales que a su vez, generan enfermedades.



Es conocido que el cerebro maneja emociones y pasiones; sin embargo, el corazón tiene un rol clave: es el resonador de todos los sentimientos. Es decir, tiene una capacidad única para captar las distintas emociones y se activa con los impactos, tanto positivos como negativos. Desde la alegría a la tristeza, cerebro y corazón no funcionan aislados. Pero volvamos a los problemas cardíacos.

“Una emoción negativa no resuelta podría ser el componente para que se desencadene un evento cardiovascular”, dijo el cardiólogo Martín Lomardero (MN 79.096) en diálogo con Infobae. “El corazón está íntimamente ligado al cerebro y a una conciencia única”, señaló.

“El corazón es el órgano que más información le da al cerebro y esta información, en algunas ocasiones, se da en un instante previo a que el cerebro la decodifique. Entonces, existiría evidencia que el corazón parece recibir información intuitiva antes que el cerebro” expresó.

La hipertensión, los infartos, el síndrome cardio-metabólico, entre otras, son algunas de las enfermedades cardiovasculares relacionadas a los estados emocionales negativos.

Antes de presentar su libro en la Feria del Libro de Buenos Aires ― el sábado 4 de mayo a las 19 en la sala Adolfo Bioy Casares― Lombardero aseguró que “el corazón es consciente porque está ligado a una conciencia única y sufre los estados emocionales negativos que la mente crea”

"Hay evidencias científicas de que en el corazón existirían neuronas, aunque no de la forma de las neuronas de nuestro cerebro. Estas neuronas son parte de la vía nerviosa que comunica el corazón con el cerebro. Habría evidencia de que existirían 40.000 neuronas en el corazón y esto tiene que ver con la percepción y la intuición, pero no con el razonamiento. El corazón tiene un cerebro intuitivo" explicó Lombardero.

 "La razón siempre está en la mente, así como los miedos que tenemos y nos inventamos que están en la mente que, a su vez, repercuten en el corazón. La mayoría de los estados emocionales negativos tienen como factor común el miedo: a la pérdida, a que el otro sea mejor, a que me dejen, a la enfermedad, al mañana, etc. El corazón envía información intuitiva al cerebro y, a la vez, sufre el miedo de la mente".

"Somos los únicos animales que tenemos traumas del pasado y miedo al futuro, y eso nos aleja del presente. El resto de los animales vive el presente".

¿Cómo afectan los estados emocionales negativos como el enojo, la culpa, la pérdidas y el estrés al corazón?

Ante ésta pregunta, el profesional explicó que "la pérdida tiene como base el miedo, que nos genera un estado de alarma permanente (vía cortisol), similar al estado de alarma que teníamos frente a un depredador hace miles de años. La respuesta del cuerpo es siempre la misma: se activa el sistema simpático, que es nuestro sistema de alerta. Es importante que entendamos que es la misma respuesta que teníamos frente a un depredador (¡muy de vez en cuando!) hace miles de años y que hoy la tenemos establecida de manera permanente, día a día, por el estrés que vivimos en la sociedad actual, que es el depredador del siglo XXI.

"Una emoción negativa instalada puede ser el gatillo de un evento cardiovascular que está latente. La raíz de muchas de las enfermedades más prevalentes que sufre el ser humano es inflamatoria".

"El estrés genera que se prenda el sistema de alarma en forma suave y crónica. Y es lo suficientemente importante como para activar una inflamación crónica sistémica, un aumento del estrés oxidativo (que son los productos de degradación de la formación de energía y son dañinos cuando sobrepasan un cierto límite) y un redireccionamiento de la energía hacia los sistemas de alarma en detrimento de los órganos que realmente la necesitan. Entonces cae la inmunidad, que es la policía del cuerpo, y que va a estar cansada cuando realmente tenga que combatir con un virus, una bacteria o un hongo. Y a su vez la inflamación que genera el estrés crónico va a generar enfermedades inflamatorias como la ateroesclerosis, que genera a su vez, el infarto de corazón o de cerebro.

Lombardero señaló durante la entrevista que "es difícil dar un consejo pero uno puede mirar una situación de una manera muy negativa y amargarse (el corazón sufre) o encontrarle el lado positivo (el corazón entra en armonía y no sufre). De eso se trata: de mirar las cosas en perspectiva, desde otro ángulo, valorando cosas tan importantes como el tiempo y la salud".

 

Fuente Infobae

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